Los ojos de nuestros peludos son de lo más bonito que tienen.
Su mirada nos dice todo: cuándo quieren juego, o cariño, o sienten miedo, o están malos…
Su expresión facial, y en concreto la de sus ojos, es —y nunca mejor dicho— el espejo de su alma.
Por esto, en este artículo os vamos a hablar de su salud ocular.
Para hacer un resumen lo más completo posible, vamos a ir explicando brevemente lo que podemos encontrar en un ojo yendo de exterior a interior, es decir de lo más expuesto del ojo (párpados y córnea) a lo más interior y por supuesto, no menos importante de la retina y nervio óptico.
Lo que sí te recomendamos desde ya es que ante el hallazgo de cualquiera de las cosas que vamos a describir, lo primero que debéis hacer es acudir a la clínica para poder verle y diagnosticarle en consulta.
Los párpados son la protección del ojo. Ya sabéis que nuestros perros a diferencia de nosotros, tienen tres párpados: el superior e inferior que todos conocemos, y el llamado tercer párpado, que es una membrana que recorre el ojo desde su canto interno pegado a la nariz, y de abajo a arriba, hasta el extremo opuesto y más externo del ojo. Los tres párpados tienen esa función protectora del globo ocular además de encargarse de extender la lágrima para mantener el ojo limpio e hidratado.
- Los problemas que nos podemos encontrar en los párpados son principalmente las conjuntivitis, ya sean infecciosas o alérgicas. En ambos casos veremos los párpados superior e inferior hinchados y se producirá generalmente legaña verde o amarillenta que se queda pegada al borde del ojo.
- Respecto al tercer párpado, la patología más común es el llamado prolapso de la glándula del tercer párpado. Detrás de este párpado se localiza una de las glándulas lacrimales más grandes y es relativamente frecuente que se enquiste (sobre todo en los pacientes más jóvenes) y se inflame, protruyendo hacia afuera de su ubicación habitual y provocando un bulto de color rojizo en la esquina del ojo más cercana a la nariz.
- En la época estival y veraniega, además de lo anterior, es muy frecuente que se metan espigas entre los párpados y el ojo. A veces se clavan tanto que no las vemos y solo apreciamos el ojo cerrado y mucha molestia cuando intentamos tocarlo. En estos casos, cuanto antes las podamos quitar en consulta, mejor, porque además de aliviar el dolor, vigilaremos el posible daño causado a la córnea.
El globo ocular. Lo que está más superficial y en contacto con el exterior es la córnea: una delgada capa que es vital para la protección del ojo. De hecho, decimos que la córnea es la piel del ojo, y cualquier lesión en esta zona es especialmente dolorosa por lo que es importante protegerla y cuidarla.
- Una falta de lágrima puede provocar úlceras corneales y cualquier objeto que la roce puede provocar una herida en la córnea. Cuando se produce una úlcera corneal nuestros pequeños suelen cerrar el ojo porque les molesta la luz y tienden a tener una legaña de color blanquecino y espeso.
- Las lesiones en la zona más interna del globo ocular suelen ser más graves pueden afectar a la retina, provocando desprendimientos de retina y ceguera aguda, y lo notaras en que tu peludo se choca con objetos que no puede ver.
- Otra patología frecuente en perros mayores es el glaucoma que se produce por un aumento de la presión intraocular. Suele ser la manifestación de problemas sistémicos internos y notarás que su ojo aumenta de tamaño como si quisiera salirse de la órbita. Por supuesto, pide cita o acude a la clínica para poder tratarle cuanto antes.
Estas son algunas de las patologías más habituales que tu pelud@ puede sufrir a nivel ocular y las que más nos encontramos en nuestra clínica.
Por ello es muy importante que ante cualquier enrojecimiento o secreción anormal en el ojo, contactes con nosotros para poder solucionar el problema lo antes posible.