Estamos viviendo tiempos difíciles, llevamos ya casi dos años de amenaza del coronavirus y estamos inmersos en plena campaña de vacunación para poder hacer frente a tan temido virus. Mucha es la gente vacunada, pero también están los que reniegan de las vacunas y evitan ponérsela, a veces por miedo y a veces por convicciones.
Los veterinarios tenemos mucha experiencia en campañas de vacunación preventiva
Igual que en medicina humana, hay enfermedades que se han controlado gracias a la vacunación masiva de la población de riesgo. En nuestro caso, además, podemos poner el ejemplo de un coronavirus, digamos “pariente lejano” – del que nos afecta hoy en día a las personas, que fue muy activo hace años, que tuvo incluso una vacuna propia, y que actualmente está prácticamente erradicado, limitándose a casos aislados y generalmente mucho menos graves que cualquier otro virus digestivo.
La salud de los animales, no solo de nuestros peludos, es importantísima para darles la calidad de vida que se merecen, pero también para preservar la salud de las personas que convivimos con ellos.
Pueden padecer muchas enfermedades propias de ellos o fácilmente transmisibles a los humanos. El caso más conocido y quizá más evidente de esto, que además afecta a nuestros perros y gatos, es la rabia. Esta enfermedad, a principios del siglo pasado, era relativamente común entre los perros y fauna salvaje; una persona mordida por un perro podía temer con alta probabilidad por su contagio.
Gracias a la campaña de vacunación que se realiza desde hace mucho tiempo, actualmente es una enfermedad anecdótica, y los únicos casos que se pueden ver hoy en día en España son perros sin control que vienen del norte de África. A pesar de ser una enfermedad controlada seguimos vacunado a nuestros peludos todos los años frente a ella, y además de manera obligatoria por las administraciones públicas; ¿por qué?: porque mientras se detecte un solo caso cada cierto tiempo, serán las vacunas las únicas que nos puedan permitir la seguridad que disfrutamos a día de hoy.
Este ejemplo de la rabia se puede extrapolar a muchas otras enfermedades, de las que sólo afectan a nuestros peludos o de las que son peligrosas también para nosotros. Por eso, los que practicamos y defendemos intensamente la medicina preventiva, siempre seremos partidarios de las vacunas y de las campañas de vacunación; y por eso, para proteger a nuestras mascotas, seguiremos vacunándolos periódicamente a pesar de que el riesgo de contagio de las enfermedades sea muy bajo…
Mientas exista una posibilidad de enfermar y podamos evitarlo con un sencillo acto de vacunación, aquí estaremos para intentarlo.