Nuestros peludos no están exentos de los problemas prostáticos a los que llegan los hombres con la edad. Ellos también se hacen mayores y sus órganos lógicamente, van sufriendo el deterioro del paso del tiempo.
Nuestros peludos no están exentos de los problemas prostáticos a los que llegan los hombres con la edad. Ellos también se hacen mayores y sus órganos lógicamente, van sufriendo el deterioro del paso del tiempo.
Para que os hagáis una idea, a partir del quinto año de edad, el ochenta por ciento de los perros puede estar padeciendo esta hiperplasia prostática benigna y nosotros no darnos ni cuenta; a partir de los 9 años de vida se estima que este porcentaje puede subir hasta el noventa y cinco por ciento.
Debido a esto, en nuestros programas preventivos y chequeos de salud para perros macho, siempre incluimos una revisión prostática, que hasta ahora hemos hecho por palpación rectal y por supuesto por ecografía.
A partir de ahora podemos ofrecer una prueba mucho más sencilla para detectar la hiperplasia prostática benigna: se trata de un test que realizamos en sangre gracias a un equipamiento nuevo adquirido en la Clínica: con la muestra de sangre de cualquier análisis sanguíneo rutinario, podemos ampliar el diagnóstico y asegurarnos sobre su salud prostática; obtendremos el resultado en un lapso muy breve de tiempo y esto nos permitirá proceder como corresponda, en el menor tiempo posible.
Si detectamos que vuestro perro ya sufre la hiperplasia prostática benigna aunque no tenga ningún síntoma de ello, con esta prueba podemos poner algún tratamiento hormonal o incluso plantear la cirugía de castración – si es posible – para reducir el tamaño prostático antes de que suponga un problema evidente.
No dejéis de preguntarnos por este nuevo método diagnóstico y, por supuesto, si convivís con un perro macho no castrado, os recomendamos hacerle periódicamente este chequeo prostático, porque siempre es mejor prevenir que curar.