Nuestros peludos, como nosotros, están expuestos a multitud de enfermedades de las que debemos protegerles. Un gran grupo de estas enfermedades, y objeto de este artículo, son las producidas por los tan temidos virus – y más hoy en día, tras la horrible pandemia del coronavirus.
Los perros son miembros de nuestras familias que, como nosotros, salen a la calle y se relacionan con otros congéneres de manera más o menos intensa, lo cual, nuevamente como a nosotros, les expone a un mayor riesgo de contagio de enfermedades entre individuos.
Quizá el ejemplo más conocido y que nos puede valer para explicar esto es la llamada “gripe del perro”, “tos de las perreras” o más técnicamente Traqueobronquitis infecciosa. Esta enfermedad, aunque puede tener un componente vírico y otro bacteriano, es ampliamente conocida entre los responsables de los perros y son muchas las ocasiones en las que vienen a la clínica diciendo: “es que en el parque hay muchos con tos”, o “su mejor amigo estaba ayer también con tos” … Te suena, ¿verdad?
Pues igual que asumimos este contagio como “normal” entre nuestros peludos, hay muchas más enfermedades con el mismo tipo de transmisión y que pueden ser igual o más importantes.
Seguro que, llegados a este punto, muchos os preguntaréis: ¿nos pueden pegar a nosotros estas enfermedades víricas?… ¡Tranquilos! En principio, la transmisión de enfermedades producidas por virus desde los perros hasta los humanos está muy limitada; no es imposible, pero tampoco es fácil. Lo más importante, como siempre, es prevenir estas enfermedades y así evitar riesgos, tanto para su salud como para la nuestra.
Lo bueno de las enfermedades víricas es que muchas de ellas, las más importantes hoy en día, se pueden prevenir con una correcta vacunación. Aquí, el ejemplo de la rabia es muy ilustrativo. Mucha gente piensa que ya no hay rabia en España… ¡Error! Sí hay rabia en España, lo que pasa es que está muy, pero que muy controlada gracias a muchos años de vacunación obligatoria frente a este virus. Quedan focos en Ceuta y Melilla que por ejemplo este año han estado activos y han generado alarmas sanitarias, pero en general gracias a la vacunación, es una enfermedad prácticamente erradicada.
Entonces, ¿tenemos que seguir vacunando? Hasta que las autoridades sanitarias digan lo contrario, rotundamente sí. ¿Por qué? Pues por ejemplo porque este año, debido a la cruenta guerra en Ucrania y al éxodo de refugiados lógicamente con sus peludos, hemos tenido riesgo de entrada de esta enfermedad, ya que allí todavía es endémica. Una población de perros masivamente vacunados está mucho menos expuesta a estos inevitables riesgos.
Es decir, que para prevenir gran parte de las enfermedades víricas que pueden poner en riesgo la salud, o incluso la vida, de nuestros peludos, la vacunación es la mejor herramienta que tenemos a nuestro alcance. Este es el motivo por el que en la clínica insistimos tanto en cuidar y respetar el calendario preventivo que diseñamos para cada paciente, porque salva vidas… humanas y animales.
Lógicamente, las vacunas existentes protegen contra la infección de la gran mayoría de los virus que acechan a nuestros compañeros peludos, pero no todos. Por eso, debemos mantener su salud en las mejores condiciones para que, ante la exposición a cualquier virus, sea el propio organismo el que luche contra él y, por supuesto, gane la batalla.
Un perro sano inmunológicamente, y sano en general, será mucho más difícil que enferme ante la multitud de virus que conviven en nuestro entorno.
En resumen: dejadnos diseñar el mejor calendario preventivo para vuestro peludo, esforcémonos todos en respetarlo al máximo todos los años y mantengamos su salud lo mejor posible para que sean inmunológicamente fuertes. Recordad, su salud depende de nosotros, ellos no puede elegir, y todos estamos de acuerdo en que se merecen nuestro esfuerzo, ¿verdad?