La endoscopia es una técnica diagnóstica cada vez más usada en medicina veterinaria y con la que contamos desde hace tiempo en nuestra clínica veterinaria.
La más conocida es la endoscopia digestiva que nos ayuda a explorar el tracto digestivo de nuestros pacientes, sin invadir ni tener que intervenirlos quirúrgicamente. Y es que las enfermedades digestivas son muy comunes, casi la causa más frecuente de visita a la clínica. Los peludos sufren alteraciones digestivas que se pueden hacer crónicas en el tiempo y que necesitan tratamientos más específicos para los cuales necesitamos coger una muestra del tejido de la zona del sistema digestivo afectada (estómago, intestino o colon). Y para ello utilizamos la endoscopia.
Con una anestesia general leve, introducimos la cámara del endoscopio y obtenemos una imagen en alta resolución del interior del tracto digestivo del paciente; así localizamos las posibles zonas dañadas o alteradas para tomar de ellas la muestra necesaria y que sea lo más representativa posible. La recuperación del peludete después de una endoscopia es rápida y fácil, solo tiene que terminar de metabolizar la anestesia y listo, ya puede hacer vida normal de nuevo.
Además, sobre todo los perros, pero también los gatos, tienen tendencia a comerse cosas que no deben (piedras, pelotas, huesos, hilos, cuerdas, basura…). Pues bien, localizado con rapidez el cuerpo extraño que hayan podido ingerir, con la endoscopia podemos extraerlo evitando la intervención quirúrgica, aprovechando así las ventajas de recuperación que ello conlleva.
Otras técnicas de endoscopia que cada vez usamos más en la clínica son la otoscopia y la rinoscopia.
La otoscopia es la exploración de los oídos a fondo, mediante una cámara que nos permite ver perfectamente el canal auditivo y el tímpano. La realizamos también bajo una anestesia general leve y, además de usarla para la extracción de cuerpos extraños (espigas), también es útil para eliminar tapones de cera, valorar la integridad de los tímpanos, localización de pólipos o masas y toma de muestras con seguridad.
La rinoscopia es la misma técnica que la anterior pero aplicada a la nariz. Introducimos la cámara dentro de cada orificio nasal y podemos explorar los llamados cornetes nasales casi en su totalidad, hasta debajo de los globos oculares. Su utilidad es la misma que las ya mencionadas ya que en la nariz también entran cuerpos extraños (sobre todo espigas) y podemos localizar pólipos o masas que requieren la toma de muestras de tejido para su estudio en el laboratorio.
En resumen, la endoscopia es una técnica muy especializada que nos permite afrontar determinados problemas o diagnósticos de nuestros pacientes de una manera segura y fácil para ellos; cumple perfectamente con nuestro objetivo de siempre que es obtener la mayor información posible pidiendo el mínimo esfuerzo al cuerpo de nuestros peludos.