Los gatos son menos susceptibles al calor excesivo. Al ser animales que normalmente no salen a la calle suelen sufrir con menos frecuencia los estragos del calor. De hecho es muy raro que un gato pueda llegar a sufrir un golpe de calor, pero la llegada de las altas temperaturas sí que les puede afectar, como a todos.
Como consecuencia del calor tienden a perder más pelo. Este pelo suelen ingerirlo a veces al acicalarse, por lo que en los meses de calor recomendamos aumentar el cepillado y añadir a su alimentación malta o lubricantes para las bolas de pelo ya que las bolas de pelo pueden provocarles vómitos y en algunos casos, cuadros de obstrucción intestinal.
Es importante cambiar el arenero más frecuentemente. El gato suele ser un animal muy limpio y el exceso de olor de su bandeja le puede provocar orinar o defecar fuera de la bandeja.
Los gatetes son animales de hábitos nocturnos, por lo que en verano especialmente es habitual que permanezcan durante el día durmiendo y resguardados del calor en las zonas más fresquitas de la casa y por la noche se activen. Es importante tener especial cuidado con las ventanas abiertas ya que al estar más activos por la noche, pueden caerse por la ventana: es lo que los veterinarios llamamos “gatos aéreos”, por lo que teniendo en cuenta que le puede costar la vida a tu pequeño, te recomendamos el uso de mosquiteras en las ventanas y balcones.
Asegúrate de que disponga de agua fresca y limpia, algunos mininos prefieren las fuentes de agua corriente. Debes saber que los gatos en general beben muy poca agua y esto le predispone a la formación de cristales en la orina, por lo que durante el verano, es importante estimularle a beber más. Recomendamos el uso de latas o alimentación húmeda que le aporta más agua y también usar caldos de pollo o pescado como bebida complementaria al agua.
Durante los meses de calor suelen comer algo menos. Asegúrate de que ingiere alimento todos los días ya que el ayuno prolongado puede tener graves consecuencias para la salud de tu gato (pueden desarrollar un proceso que se denomina lipidosis hepática).
Los gatos no son grandes amigos de los baños o el agua por lo que no recomendamos refrescarlos o mojarlos con agua. Los sprays de agua de hecho les asustan muchísimo!!
Si tu gato es mayor y tiene patologías crónicas como insuficiencia renal o hepática, es importante que durante los meses de verano estés más atento a su comportamiento y su alimentación ya que el calor puede empeorar estos cuadros crónicos. Ante cualquier duda, ponte en contacto con la clínica para quedarte tranquilo.