En la consulta diaria, uno de los problemas a los que nos enfrentamos con más frecuencia, es a la aparición de bultos en alguna parte del cuerpo de nuestros pacientes. Los vemos con frecuencia en la piel o en tejidos más profundos (subcutáneo y muscular) y pueden ser de aparición rápida o de crecimiento progresivo.
La clave de nuestro trabajo con estos bultos es poder saber lo antes posible de qué naturaleza son, para afrontar un tratamiento eficaz o en su defecto, realizar la técnica quirúrgica más efectiva para su eliminación. Para ello usamos siempre en primer lugar la técnica de la citología, ya que es la menos invasiva para nuestros pacientes y la que nos aporta gran parte de la información que necesitamos.
Una citología consiste en extraer unas células de la zona que queramos estudiar, un procesamiento de estas y un posterior análisis e identificación para poder obtener la mayor información sobre el tipo de células, su forma y su grado de malignidad, o si por el contrario son células con características benignas.
¿Cómo lo hacemos?
De una manera muy sencilla: realizamos una punción con una aguja hipodérmica muy fina y hueca; así conseguimos que en el interior de la aguja queden las células que lo componen, las expulsamos con aire a un portaobjetos donde posteriormente las teñimos y lo usamos de soporte para mirarlas al microscopio e identificarlas. Todo esto, por supuesto, es totalmente indoloro para el paciente, lo único que va a notar es ese pequeño pinchazo inicial.
Una buena citología nos indica el tratamiento médico idóneo para el bulto o, en el caso de requerir intervención quirúrgica, nos permite saber el tamaño de la incisión que debemos practicar, lo cual es muy importante por un lado, para la recuperación del paciente y por otro, para intentar evitar que queden células residuales del bulto en cuestión.
Además de este estudio de bultos, la citología también tiene muchas otras indicaciones, todas ellas orientadas a la identificación de la naturaleza de determinadas infecciones (bacterianas o fúngicas), dato que necesitamos saber por ejemplo ,en lesiones cutáneas, otitis, infecciones de orina, etc.
En la clínica contamos con personal muy cualificado para realizar y procesar las citologías, y sobre todo para interpretarlas con seguridad; aún así, si alguna requiere alguna técnica posterior más especial, trabajamos con un laboratorio externo que complementa eficazmente el trabajo diario de nuestra clínica.