Que vivimos en un mundo acelerado y que el ritmo de vida que llevamos a diario en las grandes ciudades nos genera un continuo estrés ya lo sabemos todos, pero el asunto es que sin quererlo, transmitimos a nuestros peludos esta aceleración, nervios, ansiedad y estrés.
Aunque los últimos estudios confirman que las personas que vivimos con mascotas sufrimos menos estrés, ya que solo el contacto con ellos provoca en nosotros la liberación de oxitocina y serotonina ( hormonas de la felicidad ), a veces nos preguntamos si nuestros peludos pueden sufrir estrés, cuáles son las señales para poderlas identificar y qué podemos hacer para evitarlo o gestionarlo de la mejor manera.
¿Qué circunstancias pueden generar estrés en el perro?
-La llegada de un nuevo miembro a casa (animal o humano).
-Cambios de hogar.
-Cambios en sus hábitos o rutinas.
-Ausencia de los propietarios.
-Pérdida o muerte de su propietario o de otro animal al que estuvieran muy vinculados.
-Algunas enfermedades que les impidan realizar una vida normal.
En el caso del perro los signos que nos indican que tiene estrés son:
-Aumento de la actividad o hiperactividad.
-Cambios en el comportamiento: agresividad y reactividad.
-Aumento de la salivación o babeo.
-Aumento del apetito: puede comer compulsivamente; o pérdida total de apetito.
-Tendencia a esconderse o huir ante situaciones que antes no le alteraban (ruidos, petardos,)
-Jadeo excesivo no asociado a calor.
-Se sacude y bosteza con frecuencia.
-Tiene comportamientos que llamamos estereotipias: se muerde la cola, se mueve en círculos ladrando, tiene a acicalarse en exceso las patas.
Algunos perros pueden manifestar el estrés aislados y no respondiendo a estímulos.
¿Qué puedes hacer para ayudarle?
-Aumentar el ejercicio y su actividad.
-Aumentar el juego y el enriquecimiento ambiental.
-Dedicarle más tiempo.
-Premiar la actitud tranquila o equilibrada.
-No prestar atención excesiva en algunos casos para no potenciar el comportamiento compulsivo.
-Usar feromonas o productos naturales para relajarle y equilibrarle.
En algunos casos graves de estrés es necesario junto con pautas de comportamiento, el uso de medicación que le ayude y consultar a un especialista en comportamiento animal (etólogos veterinarios).
Respecto a nuestros gatos, el estrés pueden manifestarlo de distintas maneras
– Acicalamiento excesivo, casi compulsivo, y rascarse hasta el punto de ocasionarse heridas y perder el pelo. Esta conducta demuestra ansiedad.
-Eliminación inadecuada tanto de orina como de heces, esto es, que haga sus necesidades en cualquier lugar fuera del arenero. No hay que confundirlo con el marcaje de gatos enteros.
-Caída de pelo en mayor cantidad que una muda normal, pudiendo llegar a apreciarse calvas.
-Inapetencia: deja de comer o come menos; aunque también puede suceder lo contrario: que coma compulsivamente e incluso que vomite después. Otros gatos ingieren sustancias inadecuadas, lo que se conoce con el nombre de pica.
-Que se esconda: miedo o fobia seguro.
-Agresividad, un gato que pelea con otros o incluso llega a atacarnos es probable que lo haga porque se siente estresado o frustrado
¿Qué puedes hacer para ayudar a tu gato?
-Proporcionarle enriquecimiento ambiental, aumentando el número de juguetes, rascadores (cámbialos además de sitio ) comederos y bebederos distribuidos por la casa.
– Proporcionarle cajas de cartón y bolsas de papel, para aumentar el juego.
-En el caso de eliminación inadecuada fuera de la bandeja, aumenta el número de baños, aunque deberíamos estudiar si puede haber rechazo al tipo de arena.
-Los gatos se comunican a través de feromonas por lo que el uso de éstas tiene grandes beneficios para equilibrar su comportamiento y las circunstancias de estrés.
En casos avanzados de estrés o muy graves es importante poneros en manos profesionales para ayudaros adecuadamente. No dudes en consultarnos.